In English
A medida que Colombia avanza en la ejecución de grandes proyectos de infraestructura, se espera que los bancos de desarrollo del Estado sean cada vez más importantes en cuanto a finanzas contra-cíclicas.
En enero, la agencia de calificación Fitch reafirmó, con una perspectiva estable, una calificación de “BBB” para cuatro de las entidades prestamistas: Banco Agrario de Colombia (Banagrario), que se especializa en préstamos para el sector agrario; Banco de Comercio Exterior de Colombia (Bancóldex), que trabaja en desarrollo de negocios y financiación de exportaciones; Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) y Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter), ambas enfocadas en infraestructura. Dicha calificación por parte de Fitch está en línea con la otorgada a los bonos del Tesoro colombiano.
De acuerdo a las conclusiones de Fitch, que siguieron a un estudio detallado el año pasado, se espera que los cuatro bancos de desarrollo tengan un rol cada vez más importante en cuanto al desembolso de capital público, a pesar de estar enfrentando un ambiente operativo más complicado.
Reconocido un aumento del riesgo
La evaluación se produjo en medio de percepciones de un moderado aumento de los riesgos para Colombia y su sistema bancario en general derivado del debilitamiento de los recibos del sector energético. Se espera que el crecimiento del PIB del país disminuya desde el 3% en 2015 al 2,7% este año, según el FMI.
A mediados de febrero, Standard & Poor’s (S&P) cambió a “negativa” las perspectivas de Colombia, argumentando un deterioro en las expectativas de crecimiento debido a la baja en los precios del petróleo y retrasos en los planes de reforma fiscal. La calificación del país en moneda extranjera se reafirmó en “BBB”, dos peldaños por encima del estatus de bono basura.
Mauricio Cárdenas, ministro de finanzas, dijo que la revisión de las calificaciones ayudará a Colombia a mantenerse concentrada en su estrategia fiscal de reducir el déficit por cuenta corriente.
“La disciplina fiscal que hemos practicado nos ha permitido mejorar en nuestros ratings de deuda, reducir el costo de financiación y llevar a cabo proyectos productivos que están considerados viables desde una perspectiva financiera”, le dijo a OBG a principios de este año.
Repercusiones en el sector público y privado
La agencia también revisó sus perspectivas de “estable” a “negativa” para los tres bancos privados más grandes de Colombia – Bancolombia, Banco de Bogotá y Davivienda – así como también para dos de los cuatro bancos de desarrollo estatales, Findeter y FDN. Sin embargo, S&P describió la exposición de dichas entidades a la volatilidad del precio del petróleo como “manejable”.
Se proyecta que el crecimiento total del crédito en el sistema bancario se ralentice desde una media de 20% en los últimos seis años a 13-14% en 2016 antes de recuperarse a un 15% en 2017. Aunque se reconoce que ha habido margen para la mejora en cuanto a las regulaciones bancarias, S&P afirmó que los niveles de transparencia son comparables a muchos de los pares de Colombia.
Calidad de los préstamos
La fortaleza relativa de los bancos de desarrollo colombianos tiene mucho que ver con la alta calidad de sus préstamos. Fitch resaltó que los ratios de morosidad están cercanos al 0% para tres de los cuatro bancos: Bancóldex, FDN y Findeter.
Mientras, Banagrario, el único de los cuatro bancos de desarrollo con una tasa de morosidad mayor a la media, tiene este problema mitigado por una alta cobertura de colaterales que incluyen garantías gubernamentales. Además, Banagrario reportó fuertes ganancias operativas, por encima de la media del total del sistema bancario.
Las otras tres entidades, que operan como prestamistas al por mayor, tuvieron márgenes más reducidos. El beneficio operativo subyacente de Bancóldex y FDN disminuyó en la primera mitad de 2015 por el crecimiento negativo de los préstamos mientras, según Fitch, la base de financiamiento más diversificada de Findeter le ha ayudado a obtener un mayor desempeño.
Apoyando a los despliegues de infraestructura
FDN y Findeter están jugando un rol importante en el financiamiento del ambicioso plan Cuarta Generación (4G) de Concesiones Viales de Colombia, el cual tiene un valor de US$25.000 millones e incluye desplegar aproximadamente 8000 km de autopistas en siete años hasta 2022, de acuerdo a informes de medios locales.
El programa de desarrollo de infraestructura es visto como un motor clave para el crecimiento a largo plazo que debería ayudar a contrarrestar la actual desaceleración causada por precios más bajos del petróleo y el gas.
El gobierno ha anunciado un compromiso para canalizar 1 billón de pesos (US$299 millones) de la venta de la mayoría de sus acciones en la compañía energética Isagen a través de los bancos de desarrollo para ayudar a financiar 27 proyectos distintos del programa 4G.
En enero, FDN anunció planes para ofrecer 200.000 millones de pesos (US$60 millones) en deuda sénior para ayudar a financiar la autopista Magdalena 2, de 144 km, que conecta las ciudades de Remedios y Puerto Berrío, la cual se está construyendo por la firma de ingeniería civil OHL Concesiones.
En otro proyecto diferente, Findeter dijo que planea abrir una línea de crédito de US$50 millones para financiar los servicios y infraestructura de salud del país, habiendo obtenido fondos del Citibank en los Estados Unidos.
Estos proyectos de infraestructura forman parte de un plan post-conflicto más amplio en Colombia, y están ganando velocidad a medida que se acerca un acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC.
Mientras tanto, Bancóldex se mantiene enfocado en financiar las exportaciones y en apoyar a empresas con alto potencial de crecimiento.
A finales de enero, el banco anunció planes para ofrecer 15.000 millones de pesos en préstamos a tasas de interés más bajas para empresas que pudiesen demostrar un sólido crecimiento en sus ventas y en innovación. Dicha iniciativa está enfocada en pequeñas empresas y en start-ups, con cada firma pudiendo obtener 500 millones de pesos (US$150.000) en financiación.
Colombia’s development banks deliver sound performance
En Español
State-owned development banks are expected to become increasingly relevant for counter-cyclical public investment in Colombia, as the country moves ahead with large-scale infrastructure projects.
In January Fitch Ratings affirmed a “BBB” rating with a stable outlook – in line with Colombia’s sovereign debt rating – for four of the country’s lenders: Banco Agrario de Colombia (Banagrario), which specialises in lending to the agricultural sector; Banco de Comercio Exterior de Colombia (Bancóldex), which works with business development and export finance; Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) and Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter), which both focus on infrastructure.
In Fitch’s findings, which followed a detailed review last year, the agency said the four development banks were expected to play a growing role in public capital outlays, despite facing a tougher operating environment.
Increasing risks recognised
The assessment came amid perceptions of moderately increasing risks for Colombia and its overall banking system, stemming from weaker energy receipts. The country’s GDP growth is expected to ease from 3% in 2015 to 2.7% this year, according to the IMF.
In mid-February Standard & Poor’s (S&P) revised Colombia’s ratings outlook to negative, citing deteriorating growth prospects caused by lower oil prices and a delay to planned fiscal reforms. The country’s foreign-currency rating was affirmed at “BBB”, two rungs above junk status.
Mauricio Cárdenas, minister of finance, said the revised ratings outlook would help encourage Colombia to stay focused on its fiscal strategy of reducing the current account deficit.
“The fiscal discipline we have practiced has allowed us to improve our debt ratings, reduce the cost of financing and carry out productive projects that are considered viable from a financial standpoint,” he told OBG earlier this year.
Public and private fallout
The agency also revised its outlook from stable to negative for Colombia’s three largest private sector banks – Bancolombia, Banco de Bogotá and Davivienda – as well as two of the four state-owned development banks, Findeter and FDN. However, S&P described the lenders’ exposure to oil price volatility as manageable.
Total credit growth in the banking system is projected to slow from a six-year average of 20% to 13-14% in 2016 before recovering to around 15% in 2017. While acknowledging that there was room for improvement in the country’s banking regulations, S&P said the levels of transparency are comparable to several of Colombia’s peers.
Loan quality
The relative strength of Colombia’s development banks has much to do with the high quality of their loan books. Fitch noted that non-performing loan (NPL) ratios were close to 0% for three of the four banks: Bancóldex, FDN and Findeter.
While Banagrario, the only retail bank among the four, had above-average NPLs, Fitch noted this was mitigated by high collateral coverage, some in the form of government guarantees. Moreover, Banagrario reported strong operating profits, exceeding the system-wide average.
The other three, which operate as wholesale lenders, had thinner margins. Pre-impairment operating profits at Bancóldex and FDN declined in the first half of 2015 on negative loan growth, though Findeter’s more diversified funding base helped secure a stronger performance, according to Fitch.
Supporting infrastructural rollouts
Both FDN and Findeter are playing an active role in funding Colombia’s ambitious $25bn fourth generation (4G) road concession programme, which involves rolling out approximately 8000 km of highways in the seven years to 2022, according to local media reports.
The infrastructure development programme is seen as a key engine of longer-term economic growth, which should help offset the current downturn triggered by lower oil and gas prices.
The government has announced a commitment to channel COP1trn ($299m) from the January sale of its majority stake in power company Isagen through the development banks to help fund 27 separate 4G projects.
In January FDN announced plans to offer COP200bn ($60m) of senior debt to help finance the 144-km Magdalena 2 highway linking the cities of Remedios and Puerto Berrío, which is being built by civil engineering firm OHL Concesiones.
In a separate initiative, Findeter said it planned to open a $50m credit line to fund Colombia’s health services and infrastructure, having raised funds from Citibank in the US.
These new infrastructure projects form part of Colombia’s broader post-conflict plans, which are gaining pace as a peace settlement between the government and the FARC edges closer.
Bancóldex, meanwhile, remains focused on both export finance and supporting companies with high growth potential.
In late January the bank announced plans to offer COP15bn ($4.5m) worth of loans at lower interest rates for companies able to demonstrate strong sales growth and innovation. This initiative is primarily aimed at small companies and start-ups, with each firm able to secure up to COP500m ($150,000) in financing.
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