In English
Impulsados por una creciente demanda global, los productos agrícolas de nicho están mostrando una marcada capacidad de crecimiento en el Perú. Esto es especialmente importante en tiempos en los que las principales exportaciones del país, la minería y los hidrocarburos, se han visto perjudicadas por los bajos precios internacionales.
Aunque las exportaciones peruanas han caído por tercer año consecutivo, el segmento no tradicional, que incluye los productos agrícolas, sigue desafiando las tendencias generales. Los productos orgánicos y especializados, como la quinua, están jugando un rol clave en el crecimiento del sector, aunque su creciente popularidad también ha abierto interrogantes relacionadas con sustentabilidad, volatilidad de precios y competencia.
Productos de nicho
Las exportaciones totales del Perú cayeron más de 10% en 2014, a $38.200 millones, según cifras de la Asociación de Exportadores del Perú, en gran parte debido a los menores precios internacionales de los minerales. El declive fue compensado marginalmente por un alza de 5% en las exportaciones no tradicionales. El crecimiento de este segmento es encabezado por los productos agrícolas, cuyas exportaciones registraron un incremento interanual de 22%.
Cifras del Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI) muestran que las exportaciones agrícolas totalizaron $5.300 millones en 2014, y se prevé que llegarán a $6000 millones en 2015, lo que representa un alza de 13%. Según el MINAGRI, productos como los espárragos, las uvas y los aguacates seguirán encabezando el crecimiento pero los productos como la quinua y los arándanos también aumentarán su participación este año.
Un enfoque en productos agrícolas de nicho ha convertido al Perú en el primer productor mundial de espárrago fresco, y el segundo productor global de alcachofas y uvas frescas, según la “Guía de Negocios e Inversiones del Perú 2014/15”, publicada por EY. El país también es un importante productor mundial de café, mangos y paprika.
Asimismo, se espera que la creciente demanda internacional siga impulsando las ventas de productos agrícolas peruanos. Funcionarios de Corea del Sur aprobaron la importación de mangos provenientes del Perú en febrero, mientras que China comenzará a importar espárragos. A finales de 2014 el país tenía acuerdos de libre comercio con 53 países, incluyendo: Estados Unidos, China, la Unión Europea, Japón, Tailandia y Corea del Sur. Dichos acuerdos le otorgan acceso a un mercado de unos 2500 millones de personas. Varios tratados adicionales están en etapa de negociación, incluyendo el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica y tratados con Turquía, Honduras y El Salvador. El Perú también ha expresado interés en negociar un TLC con India e Indonesia.
Para capitalizar dichos acuerdos, los programas del MINAGRI están apuntando a cultivos específicos con el objetivo de agregar valor. Por ejemplo, la industria cafetera está recibiendo apoyo de un programa para mitigar los efectos de la roya y renovar 12.500 hectáreas en regiones productoras de café. A septiembre de 2014, se había invertido un total de $100 millones en dicho programa y se asignarán $200 millones adicionales hasta 2018. Bajo su programa de apoyo a la quinua, el gobierno también está promoviendo la expansión de este cereal, sobre todo entre pequeños productores de cultivos que requieren más agua, como el arroz, y que por lo tanto no son rentables a pequeña escala. El programa Proquinua ofrece asistencia técnica a pequeños productores y también busca conectarlos con grandes exportadores, dándoles acceso a un mercado significativamente mayor.
Enfoque en los súper alimentos
Sin embargo, aunque los productos de nicho ofrecen potencial de crecimiento para el sector agrícola peruano, la producción de quinua no ha estado libre de problemas.
Cultivada en la región altiplánica de Los Andes, este “súper alimento” rico en proteínas es un importante motor de crecimiento agrícola. Cifras del MINAGRI muestran que la producción de quinua se disparó desde 55.000 toneladas en 2013 a 112.000 toneladas en 2014, gracias a la creciente demanda de mercados desarrollados en Norteamérica y Europa. Las ventas se duplicaron con creces a $196 millones durante el mismo periodo, abriendo así el camino para que este cereal se convierta en el cuarto producto agrícola de exportación del Perú en 2014. En diciembre, el país recibió permiso para vender quinua en La India tras un proceso de aprobación que tomó dos años, otra señal de la creciente popularidad del cereal en el todo el mundo.
Sin embargo, el auge en la producción ha provocado tensiones con Bolivia, que hasta hace poco lideraba la producción mundial de quinua. Aunque las comunidades indígenas bolivianas tradicionalmente han cultivado una variedad orgánica del cereal, los agricultores peruanos están usando métodos agrícolas comerciales, incluyendo un mayor uso de insecticidas y fertilizantes químicos, lo que les ha permitido superar los niveles de producción de sus vecinos.
La industria peruana está comenzando a bajar los precios, lo cual no es visto con buenos ojos por los productores bolivianos lastrados por mayores costos. “Hay tanta oferta en el mercado, debido a la gran producción peruana, que los precios simplemente van a bajar”, dijo Pablo Laguna, un antropólogo boliviano. “El declive de los precios es irreversible”.
Pese a las posibilidades de conflicto, Harold Forsyth, el embajador peruano en Estados Unidos, rápidamente ha desestimado cualquier competencia con Bolivia. “Trabajamos muy de cerca con los bolivianos en varios frentes”, dijo a medios internacionales el año pasado. “La quinua es parte de nuestro pasado común y no podemos negar que tenemos que trabajar con ella, y tenemos que construir un futuro juntos”.
Explorar el desarrollo de segmentos de nicho bien podría ser clave para apoyar la producción agrícola del Perú e incrementar el rol del sector como un componente importante de las exportaciones del país.
Agriculture gives Peru’s exports a boost
En Español
Buoyed by rising global demand, niche agricultural products are showing a marked capacity for growth in Peru. This is especially important at a time when the country’s top mining and hydrocarbons exports are feeling the strain from low international prices.
While Peru’s total exports have fallen for a third consecutive year, the non-traditional segment, which includes agricultural products, is continuing to buck overall trends. Organic and speciality products, such as the cereal quinoa, are playing a key role in the sector’s growth story, although their rising popularity has also raised questions around sustainability, price volatility and competition.
Niche products
Peru’s total exports fell by more than 10% to $38.2bn in 2014, according to data from the Exporters Association of Peru, largely due to lower international mineral prices. The decline was marginally offset by a 5% rise in non-traditional exports, with agricultural products dominating growth in this segment with a 22% year-on-year increase in exports.
Data from the Ministry of Agriculture and Irrigation (Ministerio de Agricultura y Riego, MINAGRI) showed that agricultural exports totalled $5.3bn in 2014, with the figure expected to reach $6bn in 2015, marking a 13% increase. Produce such as asparagus, grapes and avocado will continue to dominate growth according to MINAGRI, but products such as quinoa and blueberries will also expand their share this year.
A focus on niche agricultural products has earned Peru the top spot as the world’s leading producer of fresh asparagus and the second-largest producer of artichokes and fresh grapes according to an EY report entitled “Peru’s Business and Investment Guide 2014/15”. Peru is also a major global supplier of coffee, mangoes and paprika.
At the same time, growing international demand is expected to continue to boost sales of Peruvian agricultural products. Officials from South Korea approved the import of mangoes from Peru in February, while China is set to begin importing asparagus. As of late 2014 Peru has preferential trade agreements with 53 countries, including the US, China, the EU, Japan, Thailand and South Korea, granting it access to a market of roughly 2.5bn people. A number of other free trade agreements are in the negotiation stage, including the Trans-Pacific Partnership, and agreements with Turkey, Honduras and El Salvador. Peru has also expressed interest in starting FTA negotiations with India and Indonesia.
To capitalise on these agreements, MINAGRI programmes are targeting specific crops in an effort to increase production value. For example, the coffee industry is being supported by a programme to mitigate the effects of leaf rust and renovate 12,500 ha in coffee producing regions. As of September 2014 a total of $100m had been allocated to the programme and another $200m will be assigned through to 2018. Under its Pro-Quinoa programme, the government is also promoting the expansion of quinoa production, particularly among small producers of crops such as rice, which require more water and are not profitable on a small scale. The ProQuinoa scheme provides technical assistance to small producers and also aims to connect producers with large exporters, granting them access to a significantly expanded market.
All eyes on superfoods
However, while niche products offer potential for growth for Peru’s agriculture sector, the production of quinoa has not come without issues.
Cultivated in the highlands, a region located on the Andean Heights, the protein-rich “superfood” is a substantial driver of agricultural growth. Figures from MINAGRI show that production of quinoa soared to 112,000 tonnes in 2014 from 55,000 tonnes in 2013 on the back of rising demand from developed markets in North America and Europe. Sales more than doubled to $196m over the same period, paving the way for quinoa to become the fourth-largest Peruvian agricultural export product in 2014. In December, Peru received permission to sell quinoa in India following a two-year approval process, yet another sign of the cereal gaining popularity worldwide.
However, the boom in production has sparked tension with Bolivia, which led the global production of quinoa until recently. While Bolivia’s indigenous communities have traditionally cultivated an organic variety of the cereal, Peru’s farmers are using commercial farming methods – including a greater use of insecticides and chemical fertilisers − enabling them to outpace their neighbour when it comes to production.
The Peruvian industry is beginning to push down prices in what marks an unwelcome development for the Bolivian producers who remain weighed down by heavier costs. “There is so much supply in the market because of Peru’s big production that prices must simply go down,” said Pablo Laguna, a Bolivian anthropologist. “The price downturn is irreversible.”
Despite any potential tensions, Harold Forsyth, the Peruvian ambassador to the US has been quick to play down any competition with Bolivia. “We work very closely with the Bolivians on different fronts,” he told international media last year. “Quinoa is part of our common past and we can’t deny we have to work with it, and we have to see a future together.”
Navigating the development of niche segments may well prove to be key in supporting Peru’s agricultural production and increasing the sector’s role as a major component of the country’s exports.