Colombia: Se inaugura un nuevo oleoducto

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Las mejoras en infraestructura de transporte de hidrocarburos - incluyendo entre estas el oleoducto que será inaugurado durante los próximos meses - respaldarán los esfuerzos que Colombia viene realizando por satisfacer la creciente demanda de crudo, aprovechando al máximo los nuevos y prometedores hallazgos.

El sector energético de Colombia se ha venido desarrollado considerablemente durante los últimos años, al punto de ganarse un sitio entre los 20 mayores productores de petróleo del mundo, y captar el 35% de la Inversión Extranjera Directa (IED) en 2012. El notable crecimiento del sector podría verse limitado en buena medida por la preariedad en el transporte del petróleo, lo que representa un desafío considerable para el desarrollo del sector.

Se prevé que el Oleoducto Bicentenario, sobre el que se tienen altas expectativas, comience a operar en el mes de agosto, cumpliendo un papel importante en el aumento de la capacidad de transporte de crudo y la consecuente solución al cuello de botella que padece el sector. A través de sus 836 kilómetros, que recorrerán el país desde los campos del Casanare hasta el Puerto de Cobeñas en la costa atlántica, el oleoducto será capaz de transportar entre 110.000 barriles por día (bpd) y 150.000 bpd en su primera fase.

Este nuevo oleoducto servirá de apoyo a la más importante de las instalaciones de Colombia, el Oleoducto Central, construido a raíz de los hallazgos de los campos de Cusiana y Cupagua en 1994. El oleoducto más antiguo del país es operado por Ocensa, compañía de propiedad conjunta de la colombiana Ecopetrol, la británica BP y la francesa Total. El oleoducto Central ha servido para el transporte de crudo ligero desde el 2004, pero fue actualizado recientemente para satisfacer el aumento de la explotación de crudo pesado en la zona de Castilla. En 2010, el ducto fue responsable del transporte del 58% de todo el petróleo que salió del país.

El Gerente de Ocensa, Oscar Trujillo, comaprtió con OBG sus planes de aumentar la capacidad base actual de 575.000 bpd a 610.000 bpd a finales del 2014 en el segmento dos del oleoducto. "Se habla de un cuello de botella en el transporte de hidrocarburos en Colombia porque la demanda excede a la capacidad", afirma Trujillo. "Sin embargo, el desarrollo del oleoducto de Ocensa, junto con la inminente apertura del oleoducto Bicentenario, contribuirá a suplir las necesidades del transporte de crudos pesados y ligeros, respectivamente."

En efecto, las expectativas de crecimiento del sector son altas, debido a los altos niveles de producción – la producción media diaria supera el millón de barriles - , a la firma de 50 nuevos contratos en la Ronda Petrolera de 2012, y a que ya se planea la próxima subasta de los derechos de exploración petrolera (prevista para 2014). Asimismo, los operadores del sector han centrado su atención en la posibilidad de construir un oleoducto hasta la costa pacífica, en luz del previsto incremento de la demanda por parte del continente asiático.

La compañía canadiense de ingeniería Enbridge completó recientemente un estudio de factibilidad, llegando a la conclusión de que efectivamente es viable construir la plataforma hacia el Pacífico. Enbridge, que anteriormente tuvo participación en Ocensa, es el socio principal del consorcio que se ha creado con el nombre del Oleoducto al Pacífico (OAP) para llevar a cabo este proyecto.

OAP prevé obtener las licencias ambientales requeridas para el año 2015 y construir el oleoducto, que tendría un recorrido de 760 kilómetros, antes de 2017. La iniciativa requeriría una financiación de alrededor de US$ 5.6 mil millones. Aunque la idea ha tomado ya cierta forma, representantes de la industria no están convencidos de que un nuevo oleoducto hacia el Pacífico sea viable en la actualidad.

Mientras continúan los debates sobre este asunto, Colombia ha confirmado que va a transportar petróleo desde el Amazonas hasta la costa del Pacífico en Ecuador, gracias a un acuerdo alcanzado entre actores privados de ambos países. Veltra Colombia será la primera compañía petrolera en comenzar el transporte a través de este que se llamará Oleoducto de Crudos Pesados. El acuerdo ha sido considerado por algunos observadores como un hito para la integración regional en el tema de hidrocarburos, lo que podría allanar el camino para acuerdos futuros entre Colombia y Venezuela.

El sector de los hidrocarburos en Colombia se encuentra en un momento crítico de su desarrollo. En los próximos meses, el país estará en condiciones de calcular si cuenta o no con reservas suficientes para mantener o incluso incrementar sus niveles de producción. Aunque el transporte local de petróleo seguirá siendo un factor clave en el impulso del sector, nuevas alternativas implican importantes oportunidades de colaboración a nivel regional.

 

Colombia: New pipeline to open

New oil transportation infrastructure, including a pipeline scheduled to open within the next few months, will shore up Colombia’s efforts to meet rising demand for hydrocarbons and capitalise on promising new finds.

Colombia’s energy sector has expanded significantly in recent years, earning it a place among the top 20 oil-producing countries worldwide and accounting for 35% of FDI in 2012, but inadequate transportation facilities may be limiting growth.

The long-awaited Bicentennial pipeline, which is due to begin operating in August, will play a major role in increasing transportation capacity and reducing bottlenecks. Covering 836 km from the fields in the Casanare region to the Cobeñas Port on the Atlantic coast, the pipeline will be capable of carrying between 110,000 barrels per day (bpd) and 150,000 bpd during its first phase.

The new link will provide support for Colombia’s principal facility, the Central pipeline, which was set up following oil finds at the Cusiana and Cupiagua fields in 1994. The older pipeline is operated by Ocensa, a company jointly owned by Colombia’s Ecopetrol, the UK’s BP and France’s Total.

The Central pipeline carried light crude oil up to 2004 but was modified more recently to accommodate a rise in heavy oil exploitation in the area of Castilla. In 2010, the facility was responsible for 58% of all oil leaving the country.

Ocensa’s general manager, Oscar Trujillo, said plans were in place to increase capacity from the current base rate of 575,000 bpd to 610,000 bpd by end-2014 in segment 2 of the pipeline. “We talk about a bottleneck in the transport of hydrocarbons in Colombia because demand exceeds capacity,” he told OBG. “However, the expansion of the Ocensa tube, along with the imminent opening of the Bicentennial pipeline, will contribute to covering the transport needs of heavy and light oil, respectively.”

Nonetheless, with production levels continuing to rise – output passed the 1m-bpd mark at the end of 2012 – and the signing of 50 new contracts at Oil Round 2012, the government’s auction of exploration rights, expectations for further growth are high. Industry players have now turned their attention to the possibility of building a pipeline to the Pacific, particularly in light of an anticipated increase in demand from Asia.

Canadian engineering firm Enbridge recently completed a feasibility study for the proposed pipeline, concluding that it was viable. Enbridge, which previously held a stake in Ocensa, is the leading member of consortium that has been set up under the name Pacific Pipeline (Oleoducto al Pacífico, OAP) to spearhead the project.

OAP plans to obtain the required environmental licences by 2015 and build the pipeline, which would run for 760 km, before 2017. The initiative would require funding of around $5.6bn. However, some industry players have yet to be convinced that a new pipeline to the Pacific is viable at present.

While discussions on the subject continue, Colombia has confirmed that it will transport oil from the Amazonas to the Pacific coast in Ecuador following a deal struck between private sector players based in the two countries. Veltra Colombia will be the first oil company to begin transporting through the Heavy Crude pipeline. The agreement is viewed by some observers as a landmark for regional integration in hydrocarbons, which could pave the way for similar deals between Colombia and Venezuela.

Colombia’s hydrocarbons sector is at a critical juncture in its development. Over the coming months, the country will be able to calculate whether it has enough reserves to maintain and possibly increase its production levels. While oil transportation is expected to remain a key factor in driving the sector forward, new alternatives should also bring important opportunities for collaboration on a regional level.

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