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Luego de que su economía se contrajera un 6,8% en 2009, México, la segunda economía más importante en América Latina, se ha recuperado en los últimos dos años. Luego de una fuerte recuperación en 2010, cuando el país llegó a un crecimiento de 5,4%, la economía ha seguido expandiéndose a un ritmo más moderado (4%) los primeros nueve meses de 2011, con un fuerte crecimiento en el tercer trimestre en parte debido al gran desempeño del sector agrícola.
Por otra parte, el crecimiento letárgico de los Estados Unidos y la creciente incertidumbre sobre la crisis de la deuda soberana europea presentarán un reto a la economía local en un futuro cercano. Cerca del 80% de las exportaciones mexicanas en 2010, aproximadamente $298.000 millones, fueron a los Estados Unidos. Se espera que esta cifra, que ya de por sí es menor al 88% de 2008, baje al 78% en 2011, lo cual es un indicativo de los esfuerzos de México por diversificarse, y dejar de sobre-depender de los Estados Unidos por ser su principal mercado de exportación.
A pesar de estos esfuerzo, al corto plazo lo más probable es que el crecimiento económico del país se vea afectado por factores externos (principalmente el antes mencionado letárgico crecimiento de los Estados Unidos), por lo tanto a principios de noviembre el Banco de México, en banco central del país, ajustó sus expectativas de crecimiento anual para el 2011, de 3,8-4,8% a 3,5-4% y predijo un crecimiento del 3-4% para el 2012. La expectativa económica gubernamental a mediano plazo es de 4,2% anual entre 2012 y 2016.
Mientras que el banco central ha mantenido su tasa de política monetaria en 4,5% durante los dos últimos años, Agustín Carstens, el Gobernador del Banco de México, comentó en noviembre que un recorte de la tasa de interés podría estar sobre la mesa para el 2012 con el fin de estimular el crecimiento. También dijo que si bien el banco central no prevé una recesión, sí prevé una “desaceleración de la actividad económica”.
La tasa de desempleo se ha mantenido estable durante gran parte de la última década. Hubo un aumento en el desempleo durante la recesión de 2009, que subió de 3,5% a 5,2% en 2008, y de la cual todavía tiene que recuperarse, por lo que se mantiene en 5,7% a Octubre. Sin embargo, la inflación de precios al consumidor ha bajado desde su punto más alto de 5,3% en 2009 a un más moderado 3,2%.
La inversión extranjera directa (IED), que sufrió un gran golpe durante la recesión con una caída de más del 50% en 2009, se recuperó un 16,6% en 2010, registrando $17.700 millones, en gran parte gracias al sector de manufactura, que representó el 59% de todo el IED. El Banco de México prevé que el país atraerá $19.600 millones de IED en 2011, lo que representa un incremento de 10,7%.
El sector de manufactura mexicano, que representó el 17,3% del PBI en 2010, sufrió un gran golpe con la recesión mundial, cayendo a 9,9% en 2009; no obstante, desde entonces ha venido recuperándose a buen paso, registrando un crecimiento de 9,7% en 2010 y 5,6% en los primeros tres trimestres de 2011.
Sin embargo, las noticias más alentadoras vinieron del sector agrícola, el cual creció un impresionante 8,3% en comparación con el año anterior en el tercer trimestre del año, luego de haber registrado un crecimiento negativo en la primera mitad del año. Mientras el desempeño del sector agrícola presenta un alto grado de variabilidad, su tasa de crecimiento anual promedio fue de 2,1% durante el período 2006-10.
Además de los factores externos en los Estados Unidos y Europa, la expansión de la economía mexicana se enfrenta a varios retos internos. Su tasa de pobreza se mantiene alta, 46,2%, mientras que su tasa de extrema pobreza es de 10,2%, según el Banco Mundial. Adicionalmente, la violencia que acecha en partes del país ha tenido como resultado más de 15.000 muertes relacionadas a las drogas en 2010 y más de 40.000 desde que el gobierno lanzó la ofensiva en 2006.
El gobierno también tiene que enfrentar desafíos en su industria petrolera estatal. México, que se sitúa en el séptimo lugar en producción mundial de petróleo, ha recorrido un camino difícil. La producción de la empresa estatal Pemex se redujo un 21% entre 2006 y 2010. La producción en Cantarell, el yacimiento más grande del país, cayó a 440.000 barriles por día (bpd) luego de haber alcanzado un máximo de 2.1 millones de barriles por día en 2004.
Casi un tercio de los ingresos del estado mexicano depende de su decreciente industria petrolera, por lo que se ha estado considerando la apertura del sector a la inversión privada para evitar un aumento en los impuestos. El estado recientemente otorgó sus tres primeros contratos privados para la operación de tres pequeños yacimientos de petróleo, y una privatización adicional del sector podría ser difícil. Sin embargo, ya se aproximan las elecciones presidenciales del 2012, lo que podría poner el tema sobre el tapete.
Que México cuente con 12 acuerdos de libre comercio diferentes, lo que le da un acceso privilegiado a 44 diferentes países, significa que la continua diversificación de sus exportaciones a otros países podría ser factible en el mediano y largo plazo, lo que sin duda ayudará a cumplir la meta del país de un crecimiento sostenible y sólido. Más aun, el crecimiento continuo de la IED es un signo alentador del futuro de la economía a mediano y largo plazo. Si el gobierno empieza a hacer frente a los problemas de violencia y pobreza, una tarea nada fácil, no habría razón por la cual la economía mexicana no pudiera volver a ponerse a la cabeza del crecimiento latinoamericano.
Mexico: On solid ground
After shrinking 6.8% in 2009, Mexicoʼs economy, the second-largest in Latin America, has rebounded over the last two years. Following a strong recovery in 2010, when the country posted 5.4% growth, the economy has expanded at a more measured 4% through the first nine months of 2011, with a strong showing in the third quarter due in part to the performance of the agriculture sector.
On the other hand, lethargic growth in the US and mounting uncertainties regarding the European sovereign debt crisis will most assuredly challenge the local economy in the near future. About 80% of Mexicoʼs exports in 2010, which amounted to $298bn, went to the US. This figure, which is already down from 88% in 2008, is expected to drop further to 78% in 2011 and is indicative of Mexicoʼs efforts to diversify away from its overreliance on the US as its primary export market.
Despite these efforts, in the short-term the countryʼs economic growth is likely to be hindered by external factors – chiefly the aforementioned sluggish growth in the US – and therefore in early November the Bank of Mexico, the countryʼs central bank, revised its annual growth forecast for 2011 from 3.8-4.8% to 3.5-4% and also predicted 3-4% growth for 2012. The governmentʼs medium-term economic forecast is for 4.2% annual growth between 2012 and 2016.
While the central bank has kept the policy rate at 4.5% over the past two years, Agustin Carstens, the governor of the Bank of Mexico, indicated in November that an interest rate cut could be on the cards in 2012 to stimulate growth. He also stated that while the central bank does not see a recession, it does see a “deceleration in economic activity”.
The unemployment rate, having remained steady through much of the last decade, rose during the 2009 recession to 5.2% after posting 3.5% in 2008, and has yet to recover, standing at 5.7% as of October. Consumer price inflation, however, has come down from its peak of 5.3% in 2009 to a more moderate 3.2%.
Foreign direct investment (FDI), which was also badly hit in the recession, falling by more than 50% in 2009, recovered 16.6% in 2010, posting $17.7bn, largely thanks to the manufacturing sector, which accounted for 59% of all FDI. The Bank of Mexico anticipates the country will attract $19.6bn in FDI in 2011, an increase of 10.7%.
Mexicoʼs manufacturing sector, which accounted for 17.3% of GDP in 2010, was hit particularly hard by the global downturn, falling 9.9% in 2009, but it has since steadily recovered, posting 9.7% growth in 2010 and 5.6% growth through the first three quarters of 2011.
However, the most recent encouraging news came from the countryʼs agriculture sector, which grew by an impressive 8.3% year-on-year in the third quarter of the year after posting negative growth in the first half of the year. While the performance of the agriculture sector does exhibit a high degree of variability, its average annual growth rate amounted to 2.1% during the 2006-10 period.
Apart from external factors in the US and Europe, Mexico faces several domestic challenges to economic expansion. Its poverty rate remains high at 46.2%, while the extreme poverty rate is 10.2%, according to the World Bank. Additionally, the violence that has engulfed parts of the country resulted in more than 15,000 drugrelated deaths in 2010 and more than 40,000 since the government launched a crackdown in 2006.
The government also faces challenges from its nationalised oil industry. Mexico, which ranks as the worldʼs seventh-largest oil producer, has had a difficult run. Output at state-owned Pemex declined 21% between 2006 and 2010. Production at Cantarell, the countryʼs largest field, has fallen to 440,000 barrels per day (bpd) after peaking at 2.1m bpd in 2004.
With the government reliant on its waning oil industry for nearly onethird of its revenues, there has been talk of opening the sector to more private investment to avoid tax hikes. The state recently awarded its first three private contracts to run small oil fields, and additional privatisation of the sector could be difficult. However, a looming presidential election in 2012 could bring the issue to a head.
The fact that Mexico boasts 12 different free trade agreements, giving it privileged access to 44 different countries, means the continued diversification of its trade away from the US could be achievable in the medium to long term and will certainly aid in the countryʼs goal of strong, sustainable growth.
Furthermore, the continued growth of FDI inflows is an encouraging sign for the economyʼs mid- to long-term future. If the government can also begin to tackle the domestic issues of violence and poverty, by no means an easy task, there is no reason the Mexican economy could not return to the forefront of growth in Latin America.