La celebración del centenario del redescubrimiento de Machu Picchu, joya arqueológica de Sudamérica, en la antigua ciudadela inca en julio no sólo ha puesto en evidencia un logro turístico impresionante, también ha hecho ver que el Perú necesita diversificar su circuito turístico.
El número de visitantes a Machu Picchu ha aumentado dramáticamente en los últimos años, llevando a las autoridades turísticas a imponer un límite de 2500 visitantes por día, por razones arqueológicas y geológicas.
En un país donde se estima que el turismo contribuirá con 5,4% del PBI en el 2011, y que provee 411.000 puestos laborales directos según estadísticas de World Travel & Tourism Council, los límites han dado renovado impulso a la necesidad de expandir las ofertas turísticas en Perú. El Ministro de Comercio Exterior y Turismo, José Luis Silva Martinot, ha establecido que ésta será una de sus principales prioridades durante su mandato.
“El 70% de los visitantes extranjeros sólo viene a Cusco o Machu Picchu”, dijo a OBG. “El país tiene el potencial de contar con 20, 30 o más Machu Picchus; sólo debemos ponerlos en valor y hacerlos conocidos en todo el mundo.”
Arequipa, la costa norte, la región de la Amazonía y la Sierra Central y Norte son áreas que han sido designadas para inversión en proyectos de infraestructura turística. Estos proyectos abordarán muchas de las promesas del Presidente Ollanta Humala en lo referente a mejorar la inclusión social, expandir el desarrollo y formalizar gran parte del enorme sector laboral informal del país.
“Este gobierno planea utilizar los recursos disponibles en el ministerio y en otros organismos turísticos y el sector privado para abrir las puertas al turismo internacional hacia regiones menos conocidas”, dijo la Viceministra de Turismo, Claudia Cornejo Mohme, a OBG.
Un área que está recibiendo particular atención es la antigua ciudadela de Kuélap, en el norte de la sierra del Perú, cuyas ruinas casi cubiertas de vegetación fueron halladas en 1843, habiendo sido construidas por la cultura Chachapoyas unos 800 años antes que Machu Picchu.
El amplio complejo está siendo restaurado minuciosamente con la ayuda y asistencia financieras del gobierno regional y central y de inversionistas extranjeros. “Kuélap es un proyecto con gran potencial y lo estamos tomando muy seriamente. Parte de este plan implica desarrollar el área en los alrededores, cosa que estamos haciendo gracias a la inversión y cooperación de una organización japonesa”, indicó Cornejo.
La Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) ha aportado $38 millones a la rehabilitación de Kuélap, los cuales serán invertidos en 15 proyectos separados y atraerá la atención del turismo internacional y local hacia la región circundante, incluyendo la catarata Gocta.
Sin embargo, un estudio sobre desarrollo turístico en el valle del Alto Utcubamba realizado por JICA reveló que se requiere un total de $130 millones en inversión para desarrollar el área en su pleno potencial turístico. La agencia de inversión del gobierno, ProInversión, se encuentra coordinando la apertura de concursos para la concesión de teleféricos a las ruinas, así como la entrada de aerolíneas comerciales.
El sistema de teleférico reducirá en 90 minutos el tiempo de viaje hacia cada lado desde Tingo, la ciudad más cercana. El proceso de licitación se iniciará en diciembre de 2011, y la buena pro se otorgará en mayo de 2012. “La inversión total que esperamos es de $8 millones 800 mil con un 100% de operación y participación”, indicó Luis del Carpio Castro, Jefe de Proyecto en Asuntos Turísticos e Inmobiliarios de ProInversión, a OBG. “Hacia 2023, estimamos que el número de visitantes anuales a Kuélap será aproximadamente 285.000, con más del 50% utilizando el teleférico”.
El número de visitantes a Kuélap ha aumentado continuamente en los últimos años a medida que este destino se hace conocido entre los viajeros. En 2009 se registró alrededor de 18.630 visitantes, 25.059 en 2010 (en comparación con los 699.831 a Machu Picchu), y se espera que 35.000 turistas lo visiten en 2011.
Una de las principales razones para el bajo número de visitantes es la relativa dificultad de acceso del área. Ubicada en la sierra norte del Perú, el aeropuerto más cercano a Chachapoyas dejó de operar vuelos comerciales en 2003. José Arista, Presidente Regional de Amazonas, admite que el acceso por tierra es bastante deficiente. “El principal problema que tenemos es que el viaje para el turista de Lima a Chachapoyas implica un viaje en bus de 54 horas. Por tanto, quedan descartados los turistas con tiempo limitado”.
Sin embargo, esto podría solucionarse bastante pronto: en marzo de 2012, dos aerolíneas, TACA y LC Busre, empezarán a operar la ruta Lima-Chachapoyas, mientras que el gobierno lanzará un concurso para atraer a una nueva aerolínea que opere rutas internacionales y provinciales.
Con el aumento de atención hacia otros, igualmente importantes, sitios históricos del Perú, y una mejora de las rutas de transporte interno, Kuélap finalmente podrá, quizá, dejar de estar a la sombra de Machu Picchu.
Peru: Searching for the next Machu Picchu
The 100th anniversary celebration of the rediscovery of Machu Picchu, South America’s archaeological jewel, in the ancient Incan citadel in July has done more than highlight a stellar tourism achievement: it has also drawn attention to the need for Peru to diversify its tourist circuit.
Visitor numbers to the world famous site have soared in recent years, leading tourism authorities to set limits on visitor numbers to 2500 per day, due to archaeological and geological sensitivities.
In a country where tourism is forecast to contribute 5.4% of GDP in 2011, providing 411,000 direct jobs according to World Travel & Tourism Council statistics, the imposed limits have added renewed impetus to the need to expand Peru’s tourist offerings. Peru’s minister of foreign trade and tourism, Jose Luis Silva Martinot, has made this one of his key priorities for the next five years.
“70% of international visitors to Peru only come to see Cusco or Machu Picchu,” he told OBG. “There are, however, potentially 20 or 30 ‘Machu Picchus’; we just have to give them value and spread knowledge about them across the world.”
Arequipa, the northern coast, the Amazon region and the central and northern highlands are all areas that have been earmarked for investment in tourism facilities and infrastructure projects. These projects will address many of President Ollanta Humala’s election pledges to improve social inclusion, spread development and formalise much of the country’s huge informal labour sector.
“This government plans to use the resources we have at the ministry, at other tourism bodies and the private sector, and use these resources to open the doors of international tourism to these lesser-known regions,” vice-minister of tourism, Claudia Cornejo, told OBG.
One such area that is receiving special attention is the ancient citadel of Kuélap, far in the north of Peru’s highlands, whose overgrown ruins were rediscovered in 1843 and were built by the Chachapoyas culture some 800 years before Machu Picchu’s construction.
The vast complex is currently being painstakingly restored through a package of financial aid and assistance from the regional and central governments and foreign investors. “Kuélap is a project with great potential that we are taking very seriously. Part of this plan involves developing the surrounding area, and we are doing this with large investment and cooperation from a Japanese organisation,” Cornejo said.
The Japanese International Cooperation Agency (JICA) has dedicated $38m to Kuélap’s rehabilitation, which will be invested in 15 separate projects and will bring the surrounding region, including the Gocta waterfalls, onto the international and domestic tourism radar.
However, a study on tourism development in the upper Utcubamba Valley carried out by the JICA revealed that a total of $130m of investment is needed to fully develop the area’s tourism potential. The government’s investment agency, Proinversion, is coordinating the issuing of tenders for the concession of a cable car to the ruins, as well as the entrance of commercial airlines.
The cable car system will cut 90 minutes from the journey time in each direction from the nearest town of Tingo. The bidding process for the concession will begin in December 2011, with the final bid to be chosen in May 2012. “The total investment we are looking for is $8.8m with a 100% operation and ownership stake,” Luis del Carpio Castro, the head of tourism and real estate projects at Proinversion, told OBG. “By 2023, we estimate annual visitor numbers to Kuélap will be around 285,000, with over 50% using the cable car.”
Numbers of visitors to Kuélap have been steadily climbing over recent years as word has started to spread among travellers. Some 18,630 visitors were registered in 2009, 25,059 in 2010 (compared to Machu Picchu’s 699,831), and 35,000 are expected to visit in 2011.
One of the principal reasons for the low turnout in visitor numbers has been the area’s relative inaccessibility. Nestled in Peru’s northern highlands, the nearest airport at Chachapoyas ceased operating commercial flights in 2003, while road access is notoriously poor, as Jose Arista, the regional president of Amazonas, admitted. “The big problem we have,” he said, “is that bringing tourists from Lima to Chachapoyas involves a 54-hour bus trip that no tourist travelling under any constraints is going to consider.”
This challenge may be eased sooner rather than later, however: in March 2012 two airlines, TACA and LC Busre, will begin serving the Lima-Chachapoyas route, while the government is issuing a tender to attract a new airline to operate international and interprovincial routes.
With increased attention on some of Peru’s other, equally important historic sites and a revamping of internal transport links, Kuélap may perhaps, finally, begin to emerge from Machu Picchu’s shadow.