In English
El año 2015 fue de resultados mixtos para un México que, pese a las turbulencias externas, registró un modesto crecimiento del PIB durante el periodo.
Además de recoger los frutos económicos de una serie de reformas en años recientes, el fortalecimiento de la economía estadounidense dio impulso al sector manufacturero en el segundo semestre del año, sobre todo a las plantas cercanas a la frontera entre ambos países.
Informe de calificaciones
En comentarios sobre el desempeño económico de México en noviembre, el FMI alabó la forma en que el país lidió con la reducción en los ingresos del sector energético y la presión limitada ejercida por las salidas de capitales.
El crecimiento del PIB llegó al 2,3%, muy por encima de la contracción promedio de 0,25% registrada en América Latina y el Caribe, según estimaciones del FMI.
En particular, un alza en las exportaciones no relacionadas con hidrocarburos a Estados Unidos y una sólida demanda interna mantuvieron a la economía en un buen curso, ayudando a reducir la tasa de desempleo a menos de 4% en noviembre, desde 5,5% de mediados de 2014.
En tanto, la inflación cayó a 2,13% interanual en diciembre, por debajo de la meta de 3% del Banco de México.
Proyecciones actualizadas
Sin embargo, se espera que este año traiga más retos, por lo que los analistas revisaron a la baja sus proyecciones de crecimiento para 2016. El FMI redujo sus estimaciones previas de 3,3% a 2,6% en enero, debido a temores de riesgos a la baja, citando la continua exposición de los mercados de capitales mexicanos a shocks externos y los menores ingresos del sector energético.
Aunque el sector de petróleo y gas aporta solo 5-6% al PIB, ha sido un aporte clave para las exportaciones y las arcas del estado, ya que la recaudación tributaria y las regalías generadas por el sector tradicionalmente han representado casi un tercio de los ingresos del Estado. Sin embargo, luego de las reformas fiscales de 2014, una mayor recaudación tributaria hizo que la participación del sector en los ingresos totales cayera a 20% en el primer semestre de 2015, según la Secretaría de Hacienda.
Al igual que en muchos mercados emergentes, el peso mexicano sufrió fuertes presiones a la baja en 2015, depreciándose 14,5% frente al dólar estadounidense. Mientras el Banco de México intentaba apuntalar el valor de la moneda, las reservas internacionales del país cayeron desde USD 193.000 millones a fines de 2014 a USD 173.200 millones a mediados de noviembre de 2015.
Dando señales de planes para aliviar la presión sobre sus reservas, a mediados de noviembre el banco central anunció la suspensión de sus subastas incondicionales de USD 200 millones al día, medida que había estado en efecto desde 2014. No obstante, las subastas de dólares se realizarán en jornadas cuando el peso pierda 1% o más frente al dólar.
Alzas de tasas
Aunque la inflación y el crecimiento en general fueron modestos en 2015, la continua presión sobre el peso (sobre todo teniendo en cuenta la alza de tasas de interés decretada por la Reserva Federal de Estados Unidos a fines del año) hizo que el Banco de México elevara su tasa de interés referencial en 25 puntos base, a 3,25% a mediados de diciembre, la primera alza de este tipo desde 2008.
Según el banco, el cambio en las tasas de EE.UU. “podría generar una depreciación descontrolada adicional de la moneda nacional y afectar tanto las expectativas de inflación como la inflación en sí misma”.
Dada las expectativas de más alzas graduales de tasas en EE.UU., según declaraciones de la Reserva Federal, también cabe esperar más incrementos en México durante 2016.
Alonso Cervera, economista jefe para América Latina de Credit Suisse, dijo a los medios a mediados de diciembre que hay probabilidades de más alzas y un continuo debilitamiento del peso. “En 2016 anticipamos un aumento de 75 puntos base en las tasas de interés, a 4%, de acuerdo con nuestras proyecciones internas con respecto a la trayectoria de la tasa de fondos federales de Estados Unidos”, dijo.
El encarecimiento del crédito impactará el costo de financiamiento del gobierno, dando al país más incentivos para lograr su meta de reducir el déficit público.
El gobierno planea reducir el déficit fiscal desde 4,1% del PIB en 2015 a 2,5% en 2018, según el FMI. Si se excluye la inversión de la petrolera estatal Pemex, el déficit del presupuesto presentado para 2016 bajará a la mitad, a 0,5% del PIB, dijo el secretario de Hacienda Luis Videgaray, a los medios locales en septiembre.
En tanto, en septiembre de 2015 el déficit de cuenta corriente equivalía a 2,9% del PIB, habiendo aumentado desde 2% en los tres primeros trimestres de 2014. Aunque menor a las estimaciones previas de 3,2%, esto representa el nivel más alto registrado en 21 años, según cifras del Banco de México, debido a un declive interanual de 44% en las exportaciones de petróleo.
La industria y las reformas liderarán el crecimiento
Alentadoras noticias económicas -incluyendo el creciente fortalecimiento del sector manufacturero y el gradual impacto de las reformas a los sectores de energía y telecomunicaciones- deben servir de apoyo a las metas del gobierno y fomentar el interés en activos mexicanos.
Según un reciente informe del grupo financiero local Banorte, el sector industrial agregaría 0,7 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en 2016, mientras que las recientes reformas al sector energético contribuirían con 0,4 puntos más.
Según Cervera, gracias a la esperada aceleración gradual del crecimiento apoyada por una baja inflación, México podría ser uno de los puntos más positivos en una región que se tendrá varias dificultades durante 2016.
En el largo plazo, las reformas económicas estructurales de México apuntalarían un crecimiento promedio del PIB de 3,2% hasta 2020, según indican proyecciones del FMI.
Mexico Year in Review 2015
En Español
The year 2015 proved to be one of mixed fortunes for Mexico, which weathered external shocks to register moderate GDP growth over the period.
In addition to enjoying the ongoing economic benefits of a raft of reforms in recent years, a strengthening US economy gave Mexico’s manufacturing industry a boost in the second half of the year, with assembly plants close to the border benefitting the most.
Report card
Commenting on Mexico’s economic performance in November, the IMF praised the way the country had weathered lower energy receipts and limited pressure from capital outflows.
GDP growth reached an estimated 2.3%, well above the average contraction of 0.25% witnessed across Latin America and the Caribbean, according to the IMF.
In particular, higher levels of non-hydrocarbons exports to the US and solid domestic demand kept the economy on a positive growth path, helping to drive the unemployment rate below 4% in November, down from 5.5% in mid-2014.
Meanwhile, inflation declined to 2.13% year-on-year (y-o-y) in December, below the Bank of Mexico’s 3% target.
Updated forecasts
The coming year is expected to bring continued challenges, however, prompting analysts to revise their growth projections for 2016 downwards.
The IMF trimmed back its earlier forecasts from 3.3% to 2.6% as of January on fears of further downside risks, citing the ongoing exposure of Mexico’s capital markets to external shocks and weaker energy income.
While the oil and gas sector accounts for just 5-6% of GDP, it has been a key contributor to both exports and the public coffers, with taxes and royalties generated by the sector traditionally comprising roughly one-third of government revenue. After the 2014 fiscal reforms, however, stronger tax income has seen oil revenue’s share of income fall to 20% in the first half of 2015, according to the Ministry of Finance.
As in many emerging markets, the Mexican peso came under significant downward pressure in 2015, depreciating by 14.5% against the US dollar over the year. As the Bank of Mexico sought to prop up the value of the peso, the country’s foreign currency reserves dwindled from $193bn at end-2014 to $173.2bn as of mid-November 2015.
Signalling plans to ease pressure on its reserves, the Bank of Mexico announced in mid-November it would suspend its unconditional US dollar auctions of $200m per day, which had been in effect since late 2014. Dollar sales will, however, continue on days when the peso is down by 1% or more against the dollar.
Interest rate action
While inflation and overall growth remained modest in 2015, continued pressure on the peso – particularly in light of the US Federal Reserve’s interest rate hike late in the year – saw the Bank of Mexico raise its benchmark interest rate by 25 basis points (bps) to 3.25% in mid-December, the first such increase since 2008.
According to the bank, the change in US rates “could generate additional disorderly depreciation of the national currency and affect inflation expectations and inflation itself”.
With further gradual rate hikes expected in the US, according to statements from the Federal Reserve, additional increases could also be on the agenda for Mexico in 2016.
Alonso Cervera, head economist for Latin American at Credit Suisse, told media in mid-December that further hikes and continued weakening of the peso were likely.
“In 2016 we anticipate a 75-bp increase in interest rates to 4%, in line with our internal projections with respect to the trajectory of the US federal funds rate,” he said.
Higher borrowing costs are set to impact the cost of government financing, adding further incentive for the country to pursue its goals of narrowing its twin deficits.
The government plans to reduce the overall fiscal deficit from 4.1% of GDP in 2015 to 2.5% by 2018, according to the IMF. Excluding investment by the state-owned oil company Pemex, the proposed 2016 budget shortfall will be halved to 0.5% of GDP, Luis Videgaray, minister of finance, told local media in September.
The current account deficit, meanwhile, was equivalent to 2.9% of GDP as of September 2015, up from 2% in the first three quarters of 2014. While down on earlier estimates of 3.2%, this represents the highest level recorded in 21 years, as per Bank of Mexico figures, due to a 44% y-o-y decline in petroleum exports.
Industry and reform to lead growth
Encouraging economic developments – including the growing strength of the manufacturing sector and the gradual impact of the country’s energy and telecoms reforms – should support the government’s goals and bolster continued interest in Mexican assets.
As per a recent report from Mexico-based financial group Banorte, the industrial sector is expected to add 0.7 percentage points to GDP growth in 2016, with the recent energy reforms on track to contribute a further 0.4 points.
According to Cervera, Mexico may well prove to be one of the most positive stories in an otherwise troubled region in 2016, thanks to the anticipated gradual acceleration in growth, supported by low inflation.
Longer term, Mexico’s structural economic reforms are expected to support average GDP growth of 3.2% through to 2020, IMF projections indicate.
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