Panamá: uniéndose en torno a la energía

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Durante el año pasado el sector energético de Panamá ha experimentado muchos cambios que podrían alterar significativamente el futuro de su matriz económica de un modo positivo. El descubrimiento de recursos petroleros en agosto de 2011 podría llevar a Panamá a reducir su dependencia de la importación de combustibles fósiles, mientras que la reciente modificación a la ley energética permitirá que las fuentes de energía renovable tengan un trato preferencial en la matriz económica de la nación.

No obstante, quizás más importante a largo plazo para la seguridad energética de la región es la inminente integración de los mercados energéticos de América Central, la cual probablemente estará conformada por Panamá y cinco países vecinos – Costa Rica, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala – que se beneficiarán de mayores economías de escala.

Entre tanto, la sed de Panamá por energía continúa su expansión en el marco de un robusto crecimiento económico, pues el consumo de energía eléctrica y productos derivados del Petróleo creció un 8.62% y 11.5% respectivamente durante el 2011, según Vicente Prescott, secretario de energía.

Panamá es miembro del Sistema de Interconexión Eléctrica de América Central (SIEPAC), una red regional de transmisión diseñada para integrar las redes eléctricas de los seis países. El SIEPAC está siendo construido por la Empresa Propietaria de la Línea de Transmisión Eléctrica (EPR) y consta de 1970 kilómetros de líneas transmisoras y 15 subestaciones. Una parte significativa de la financiación del proyecto, el cual asciende a US$494 millones, fue dispuesta por El Banco Interamericano de Desarrollo (US$240millones) y El Banco Centroamericano de Integración Económica (US$40millones).

Luego de numerosas demoras, producidas en parte por la necesidad de sincronizar las regulaciones del mercado, el proyecto se acerca a su final. EPR anunció recientemente que la infraestructura del proyecto se encontraba desarrollado en el 94% y, una vez llevada a buen término, se espera que la red tenga una capacidad de trabajo de 300 MW.

Además, Panamá está buscando la integración con su vecino del sur, como lo demuestra la Interconexión Eléctrica Colombia-Panamá (IPC), la cual podría de manera eventual conectar el SIEPAC con Colombia, cuyo mercado energético es aproximadamente igual al de las seis naciones unidas en términos de tamaño. Los US$420 millones para la IPC deberían asegurar su conclusión para el 2014.

Para la consolidación de los seis mercados energéticos se creó un séptimo mercado, el Mercado Eléctrico Regional (MER), así como dos agencias operadoras: la Comisión Regional de Interconexión Eléctrica (CRIE) y la Empresa Operadora Regional (EOR). La CRIE actuará como un ente regulador en tanto que la EOR funcionará como el administrador del sistema.

Aunque la infraestructura del SIEPAC estará completa próximamente, todavía hay obstáculos significativos para el éxito total del MER, en particular en la integración de los seis mercados, los cuales se encuentran por ahora fragmentados en términos políticos y económicos, para integrar y cooperar completamente en un nivel regional. Para que el MER sea exitoso se debe hacer uso de las crecientes economías de escala, probablemente en la forma de proyectos de infraestructura de mayor envergadura que generarán intereses nacionales, particularmente en aquello que concierne a la seguridad energética, el impacto social y en el medio ambiente.

En el plano nacional, a principios de agosto de 2012 la Asamblea Nacional de Panamá aprobó el proyecto de ley 486, el cual modifica artículos de la Ley 6 de febrero de 1997, que dicta y regula el marco institucional del sector eléctrico. Bajo el nuevo marco, la Empresa de Transmisión Eléctrica (ETESA), el operador de la red nacional, deberá proveer un descuento del 5% en los precios de las fuentes de energía renovable incluyendo la energía solar, eólica, geotérmica, biodiesel y hasta 3 MW de energía hidroeléctrica.

Esta legislación evidencia que hay una voluntad política para diversificar la matriz energética del país e incrementar el uso de los recursos renovables. Actualmente, Panamá depende en gran medida de la energía hidroeléctrica e importa combustibles fósiles para la producción de energía termoeléctrica. El descubrimiento de cerca de 900 millones de barriles de petróleo en dos cuencas al este de Panamá durante el último año podría aliviar parte de la presión de las importaciones. El hallazgo podría traer US15 mil millones a las arcas de la nación durante los próximos 20 años, dijo el secretario de energía de la nación, Juan Manuel Urriola, en el mes de agosto.

Se prevé que la demanda de electricidad en Panamá crezca entre un 5.5% y un 6.7% anual desde el 2011 al 2025, con una producción que se espera crezca de 7307 GWh en 2010 a 17.497 GWh en 2025, de acuerdo con el plan de expansión de ETESA en el 2011. ETESA hace un llamado para la combinación de nuevas hidroeléctricas, termoeléctricas a gas y energía eólica renovable para sostener el aumento de la demanda.

Aunque es muy probable que Panamá logre cubrir el incremento de la demanda de una manera exitosa, si el SIEPAC se integra adecuadamente a lo largo de la región podría reducir de manera significativa a mediano o largo plazo la carga que supondría la ampliación de las instalaciones generadoras de energía de todos los países involucrados, incluyendo a Panamá.

 

Panama: Coming together in energy

Over the past year, Panama’s energy sector has undergone several changes that may significantly alter the future of its energy mix for the better. The discovery of oil resources in August 2011 could see Panama reduce its reliance on the importation of fossil fuels, while the recent energy law amendment will see renewable resources given preferential treatment on the national energy grid.

However, perhaps most important to long-term energy security is the impending integration of Central American energy markets, which will likely result in Panama and five neighbouring countries – Costa Rica, Honduras, Nicaragua, El Salvador and Guatemala – benefitting from increased economies of scale.

In the meantime, Panama’s thirst for energy continues to expand alongside its robust economic growth, as consumption of electric power and petroleum products grew 8.62% and 11.5%, respectively, in 2011, according to Vicente Prescott, the secretary of energy.

Panama is a member of the Central American Electrical Interconnection System (Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central, SIEPAC), a regional transmission network designed to integrate the power grids of all six countries. SIEPAC, which is being constructed by Empresa Propietaria de la Línea de Transmisión Eléctrica (EPR), consists of 1970 km of transmission lines and 15 substations. Much of the funding for the $494m project was provided by the Inter-American Development Bank ($240m) and the Central American Bank for Economic Integration ($40m).

After several delays, in part caused by a need to synchronise market regulations, the project is nearing completion. EPR recently announced that project infrastructure was 94% complete, and once finished, the network is expected have a working capacity of 300 MW.

Panama is also seeking to integrate with its southern neighbour through the Panama-Colombia Interconnection (Interconexión Eléctrica Colombia-Panamá, IPC), which could eventually connect SIEPAC to Colombia, whose energy market is roughly equal to all six nations combined in terms of size. The $420m IPC is due to be completed by 2014.

To consolidate all six energy markets, a seventh market was created, known as the Regional Electricity Market (Mercado Eléctrico Regional, MER), as well as two operating agencies – the Regional Electric Interconnection Commission (CRIE) and the Regional Operating Agency (EOR). The CRIE will act as market regulator, while the EOR will function as the system administrator.

Though SIEPAC’s infrastructure is nearing completion, there are still significant obstacles to the overall success of the MER, namely the ability of the six integrated markets, which are already fragmented politically and economically, to fully integrate and cooperate on a regional level. For the MER to be successful, it must make use of increased economies of scale, most likely in the form of larger infrastructure projects that will generate nationalistic concerns, particularly with regard to energy security, social impact and the environment.

On the national level, in early August 2012 the Panamanian National Assembly approved Bill 486, amending articles of Law 6 of February 1997, which dictates regulatory and institutional framework within the electricity sector. Under the new framework, Empresa de Transmisión Eléctrica (ETESA), the national grid operator, will be required to provide a 5% discount in prices for renewable energy sources, including solar, wind, geothermal, biodiesel and up to 3 MW of hydroelectric.

This legislation shows there is indeed political will to diversify the country’s energy mix and increase the utilisation of renewable resources. Currently, Panama relies heavily on hydroelectric power and imports all its fossil fuels for thermoelectric power generation. The discovery of some 900m barrels of oil at two basins in eastern Panama last year could alleviate some of this import pressure. The finds could bring $15bn to the country’s coffers over 20 years, Juan Manuel Urriola, the nation’s energy secretary, said last August.

Electricity demand in Panama is predicted to expand between 5.5% and 6.7% annually from 2011 to 2025, with output expected to increase from 7307 GWh in 2010 to 17,497 GWh in 2025, according to ETESA’s 2011 expansion plan. ETESA calls for a combination of new hydroelectric, gas-fired thermoelectric and renewable wind generation to keep up with rising demand.

Although Panama will likely be able to successfully meet demand increases on its own, if the SIEPAC is successfully integrated across the region, it could significantly reduce the medium to long-term burden of expanding power generation facilities of all countries involved – including Panama.

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