Panamá: Oportunidades de expansión

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Desde que Panamá obtuvo el control del Canal de Panamá, antes ejercido por los Estados Unidos, en 1999, la economía del país ha experimentado uno de los más rápidos crecimientos en Latinoamérica. El gobierno actual del presidente Ricardo Martinelli propuso recientemente un programa económico y social muy ambicioso, compuesto de una serie de inversiones en infraestructura, en especial una expansión de su famoso canal con un costo de $5.250 millones.

Panamá implementó varias reformas comerciales y registró un promedio de más de 8% de crecimiento de su PBI de 2006 a 2010. El país también ha subido 11 lugares en el ranking de Facilidad para Hacer Negocios del Banco Mundial este año, alcanzando el puesto 61, aunque aún está detrás de los competidores regionales: México, Chile, Perú y Colombia.

Más aun, se espera que el país lidere el crecimiento entre las naciones latinoamericanas en 2011 y 2012, alcanzando un crecimiento del PBI de 7,4% y 7,2% respectivamente, según el FMI. Los planes para reducir la deuda pública en 10 puntos porcentuales desde 45% antes de 2014 a través del aumento de las ganancias fiscales hizo que el país mereciera una mejora de su clasificación de riesgo por parte de Moody’s, quien elevó la calificación de Ba1 a Baa3 en 2010.

De acuerdo con el Plan Estratégico de Gobierno 2010-2014, se espera que el gasto público alcance los $13.600 millones, con $9.600 millones del total orientados a obras de infraestructura de gran envergadura. Detallado por sector, se espera que las inversiones del gobierno se asignen de la siguiente manera: transporte (32%), educación y salud (30%), administración (12%), bienestar social (10%), agricultura (5%), protección ciudadana (3%), vivienda (3%), industria (3%) y energía (2%).

Panamá depende considerablemente de su sector de servicios, que contribuye casi con 75% del PBI. Con el objetivo de diversificar su economía y crear 860.000 nuevos puestos de trabajo en la próxima década —una promesa nada despreciable si se tiene en cuenta la población del país, de sólo 3.5 millones— el gobierno ha identificado cuatro sectores clave (agricultura, turismo, logística y servicios financieros) como elementos cruciales para el desarrollo de la economía.

La expansión de $5.250 millones del Canal de Panamá, que equivale a casi la quinta parte del PBI anual del país, debería estar terminada en 2014, el año de su centenario, y permitirá el tráfico de naves de gran tamaño que pueden transportar 12.000 contenedores, en comparación con las naves actuales de sólo 5000 contenedores. Se espera que la expansión logre más que duplicar las ganancias anuales que el estado obtiene del canal, pasando de $500 a $1.250 millones.

En 2010, el país registró flujos de inversiones directas extranjeras (IDE) de casi $2.400 millones, que equivalen a 9% del PBI, según cifras del Banco Mundial. Gran parte de éstas también pueden ser atribuidas al éxito obtenido por la Zona Libre de Colón, la más grande en América y la segunda en el mundo. Esta zona franca es un centro de actividad económica para el país, alberga a más de 2500 compañías, 28.000 empleados y mueve alrededor de $16.000 millones en comercio cada año.

El creciente sector de servicios financieros del país, que posee apenas $33.000 millones en depósitos, atrae incluso más flujos de IED. El sistema financiero de Panamá, que no cuenta con un banco central y vincula su moneda al dólar, tiene más de 90 bancos nacionales e internacionales. La naturaleza de paraíso fiscal “offshore” del país garantiza el flujo entrante de capital, pero el gobierno ha tenido que imponer medidas estrictas para combatir el lavado de dinero en la última década, y su uso como paraíso fiscal de importantes corporaciones ha generado críticas durante años.

A pesar de su considerable crecimiento macroeconómico y la posterior reducción del desempleo, de 12% a apenas 5,9% en los pasados cinco años, Panamá aún no ha podido lograr un avance comparable en la distribución de la prosperidad entre su población. Casi un tercio de ésta todavía vive en la pobreza, y casi la mitad de dicha cifra (15%) vive en extrema pobreza.

De hecho, la reducción de la pobreza ha sido priorizada por el gobierno actual, que ha asignado $3.800 millones a programas sociales que se desarrollarán durante los próximos cinco años, incluyendo la construcción de escuelas, hospitales, vivienda social e infraestructura sanitaria. El aceleramiento de la reducción de la pobreza, especialmente a través del desarrollo de capacidades e innovación, será una característica clave para mantener el rápido crecimiento económico del país.

El 21 de octubre de 2011, Panamá se convirtió en una de las 20 naciones en el mundo que han firmado un tratado de libre comercio (TLC) con los Estados Unidos, después de que el Congreso de Estados Unidos ratificara un TLC de 2007. Se espera que el TLC traiga un amplio incremento de los ingresos de importación-exportación entre ambos países y también marca un evento significativo en el progreso económico de Panamá, ya que uno de los requisitos consistió en asegurar a los Estados Unidos la transparencia fiscal y tributaria y la implementación de las leyes laborales necesarias mediante reforma rigurosas. Panamá está negociando tres posibles TLC adicionales con Colombia, Perú y Canadá, y este último se encuentra esperando su aprobación por parte de la Cámara de los Comunes y el Senado canadiense.

En una declaración a la prensa local, el Presidente Martinelli comentó sobre el TLC de su país con Estados Unidos: “Nuestra larga relación ha sido construida en base a objetivos y valores comunes. Se trata de un compromiso mutuo para ofrecer a nuestros ciudadanos una vida mejor, lo cual generará empleo en ambos países y dará oportunidades continuas para el crecimiento económico y una mayor estabilidad en la región mediante lazos comerciales y una mejor calidad de vida”.

Si bien Panamá ha experimentado una década de sorprendente crecimiento gracias en gran parte a su canal que pronto será ampliado, el desafío que enfrentará durante la próxima década será el de la expansión y diversificación de su economía.

Gran parte del crecimiento continuo del país dependerá del éxito de su inversión en programas sociales, como educación y capacitación profesional, lo cual tendrá serias implicancias en la competitividad del sector privado. El gobierno actual ha mostrado un buen desempeño en la preparación de los cimientos y, si efectivamente llega a ejecutar sus ambiciosos planes, Panamá podría continuar entre los líderes del crecimiento económico en la región por un largo tiempo.


Panama: Opportunities for expansion

Ever since Panama obtained control of the Panama Canal from the US in 1999, the country’s economy has been one of the fastest-growing in Latin America. The current administration under President Ricardo Martinelli has recently laid out an ambitious economic and social programme led by a string of investments in infrastructure, chief among them a $5.25bn expansion of its famed waterway.

Panama instituted a series of business reforms and posted an average of more than 8% GDP growth from 2006 to 2010. The county has also jumped 11 places in the World Bank’s Ease of Doing Business rankings this year, coming in at number 61, although it still lags behind regional competitors Mexico, Chile, Peru and Colombia.

Furthermore, the country is expected to lead growth among Latin American nations in 2011 and 2012, posting GDP growth of 7.4% and 7.2%, respectively, according to the IMF. Plans to cut public debt by 10 percentage points from 45% before 2014 through increasing tax revenues also garnered an upgrading of the country’s debt rating to Baa3 from Ba1 by Moody’s in 2010.

According to the current administration’s Strategic Government Plan for 2010-14, public expenditures are expected to reach $13.6bn, with $9.6bn of the total devoted to major infrastructure works. Broken down by sector, government investment is expected to be allocated as follows: transportation (32%), education and health (30%), administration (12%), social welfare (10%), agriculture (5%), public protection (3%), housing (3%), industry (3%) and energy (2%).

Panama relies heavily on its services sector, which contributes nearly 75% of its GDP. With the goal of diversifying its economy and creating 860,000 new jobs in the next decade – no small feat considering the country’s population of just 3.5m – the government has identified four key sectors (agriculture, tourism, logistics and financial services) as crucial to the country’s economic development.

The $5.25bn Panama Canal expansion, which equates to nearly one-fifth of the country’s annual GDP, is due to be completed in its 100th anniversary year in 2014 and will allow for larger vessels that can hold 12,000 containers, compared to its current capacity of 5000-container vessels. The expansion is expected to more than double the national treasury’s annual revenues from the canal, from $500m to $1.25bn.

In 2010 the country reported net foreign direct investment (FDI) inflows of nearly $2.4bn, equal to 9% of GDP, according to World Bank data. Much of this can be attributed to the success of the Colón Free Trade Zone, which ranks as the largest in the Americas and second largest in the world. The free zone is a hotspot of economic activity for the country, boasting more than 2500 companies, 28,000 employees and handling around $16bn in trade each year.

The country’s growing financial services sector, which possesses roughly $33bn in deposits, attracts further FDI inflows. Panama’s financial system, which does not have a central bank and pegs its currency to the dollar, has more than 90 national and international banks. The tax-free “offshore” nature of the country guarantees the influx of capital, but the government has had to impose strict measures to combat money laundering over the past decade, and its use as a tax haven for major corporations has drawn criticism over the years.

Despite its significant macroeconomic growth and subsequent reduction in unemployment from 12% to a mere 5.9% in the past five years, Panama has not yet been able to achieve comparable progress in spreading prosperity throughout its population. Nearly one-third still lives in poverty, and nearly half that figure (15%) lives in extreme poverty.

Indeed, poverty reduction has been prioritised by the current government, which has pledged $3.8bn over the next five years in social programmes including the construction of schools, hospitals, social housing and sanitation infrastructure. Hastening poverty reduction, particularly through the development of skills and innovation, will be a key feature to maintaining the country’s rapid economic growth.

On October 21, 2011 Panama became one of 20 nations worldwide to boast a free trade agreement (FTA) with the US after the US House of Congress ratified an FTA dating back to 2007. The FTA is expected to vastly increase import-export revenues between the two nations and also marks a significant event in Panama’s economic progress, as it was required to assure the US of fiscal and tax transparency and the implementation of requisite labour laws through rigorous reform. Panama has three more potential FTAs in the works with Colombia, Peru and Canada, the latter of which is currently awaiting approval from the Canadian House of Commons and Senate.

In a statement to local press President Martinelli commented on his country’s FTA with the US, “Our long partnership is founded on common values and common interests. Ours is a mutual commitment to providing a better life for our citizens, which will create jobs in both countries and provide continued opportunities for economic growth and greater stability in the region through trade ties and a rising standard of living.”

While Panama has experienced a decade of staggering growth thanks in no small part to its soon-to-be-expanded canal, the challenge it will face over the next decade will be the expansion and diversification of its economy.

A great deal of the country’s continued growth will depend on the success of its investment in social programmes like education and professional training, which will have serious implications on private sector competitiveness. The current administration has done well in laying the groundwork and if they effectively execute their ambitious plans, Panama could remain among the region’s leaders in economic growth for some time.

 

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