En Español
Following a coronavirus-related fall in crude prices, oil-producing nations have sought to calm global markets by announcing a significant production cut, with Mexico standing to benefit from a special dispensation in output after striking a deal with the US.
As of April 15, Mexico, the world’s 10th-most populous country, had recorded 5847 cases and 449 deaths related to Covid-19, far behind the figures reported by its northern neighbour, the US, which is now the global epicentre of the virus.
The borders between the two countries remain open, albeit only to essential traffic. Mexican airspace is also open to both cargo and passenger flights, in contrast to some other countries in Latin America such as Peru and Colombia, which have closed their borders.
Although Mexico as a whole is not experiencing a total lockdown, some social distancing measures – as outlined by the various state governments – are in place. On April 16 in the daily news conference of President Andrés Manuel López Obrador, known as AMLO, the deputy minister of prevention and health promotion, Hugo López-Gatell, said that existing social distancing measures would be extended until May 30.
Landmark OPEC+ agreement
Since mid-March the Covid-19 outbreak has caused a sharp drop in global demand for oil and, as a result, its price on global markets has fallen significantly. This was then exacerbated by a price war between Saudi Arabia and Russia, which brought the price down below $25 a barrel in early April.
However, as part of an effort to stem the fall in oil prices, on April 12 members of the Organisation of Petroleum Exporting Countries (OPEC), along with some other allied states, agreed to a landmark deal that would reduce total global output by 9.7m barrels per day (bpd), equivalent to around 10% of global production, from May onwards.
After days of negotiations, it was agreed on April 14 that Mexico would reduce output by 100,000 bpd, just one-quarter of its allocated share as proposed in the initial 23-nation OPEC+ agreement.
This is thanks to a deal that will see the US cut an additional 300,000 barrels on Mexico’s behalf. While AMLO has claimed that Mexico will “reimburse” its northern neighbour at a later date for the cuts, no public statement has been made on how this will be achieved.
“It went very well for us - really well”, AMLO told reporters at his daily morning press conference on April 13. “Mexico had special treatment. It was respected by the group of oil-producing nations.”
The president’s strategy can in part be explained by his desire to boost domestic refinery capacity, which he hopes to increase by an extra 400,000 bpd as part of a wider bid for energy self-sufficiency. At present, imports from the US account for around 65% of all Mexican demand.
Mexico’s decision to hedge its oil prices at $49 a barrel this year is also thought to have been another factor behind the government’s attempt to scale-back production cuts.
Although there was no specific information on how many barrels were hedged, the deal usually covers between 200m-300m barrels.
The move creates uncertainty about how much longer Mexico will remain part of OPEC+. International media has reported that a decision will be made within the next few months about whether to remain part of the international cartel.
While the move is undoubtedly a short-term win for AMLO and Mexico, it is unclear how the decision will play out with other oil producers in the coming months.
Strong headwinds for Pemex
The global drop in oil prices comes at a time when Petróleos Mexicanos (Pemex), Mexico’s national oil company, faces one of its greatest fiscal challenges to date. With over $100bn of debt, it is the world’s most indebted oil company, and its revitalisation has been central to AMLO’s nationalist economic rhetoric.
Pemex’s oil production peaked at 3.4m bpd in 2004 but has fallen significantly over the past 15 years, averaging 1.7m bpd last year.
Following a challenging 2019 that resulted in international credit ratings agency Fitch downgrading Pemex’s bonds to speculative grade, or junk, Moody’s Investor Service had said in late February that it expected Mexico’s crude oil production to rise by 1% this year.
However, in the intervening months, as the full effects of the pandemic have been made clear, Pemex’s financial position has become less favourable.
Even with the strategically negotiated hedge, a sustained period of $30-a-barrel oil could lead to a negative cash flow of $20bn for the company, according to Bank of America analysts, which in turn could lead to a further downgrading of Pemex’s bonds by the other main ratings agencies.
AMLO has since moved to reassure markets, stating on April 5 that he would reduce Pemex’s tax burden by a further MXN65bn ($2.7bn).
In English
La ganancia de México en los mercados mundiales de petróleo en medio de la caída de precios por el Covid-19
Tras una caída en los precios del petróleo con relación al coronavirus, los países productores de petróleo buscan calmar los mercados mundiales anunciando un recorte significativo de producción, beneficiando a México con un trato especial de producción gracias a un acuerdo con los EE.UU.
Al 15 de abril, México, el décimo país más poblado del mundo, había registrado 5847 casos y 449 muertes relacionadas con Covid-19, muy por detrás de los números de su vecino del norte, los EE. UU, siendo ahora el epicentro mundial del virus.
Las fronteras entre ambos países se mantienen abiertas, aunque solo para tráfico esencial. El espacio aéreo mexicano también está abierto para viajes de cargo y de pasajeros, a diferencia de otros países latinoamericanos como Perú y Colombia, que han cerrado sus fronteras.
Si bien México en su conjunto no ha implementado un confinamiento total, algunas medidas de distanciamiento social – como han señalado los diferentes gobiernos estatales – han sido establecidas. El 16 de abril en la conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, el subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López-Gatell, dijo que las medidas existentes de sana distancia se extenderán hasta el 30 de mayo.
Acuerdo histórico con el grupo OPEP+
Desde mediados de marzo el Covid-19 ha ocasionado una fuerte caída en la demanda mundial de petróleo, por ende, su precio en los mercados mundiales ha bajado significativamente. Esto se vio agravado por una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia, que redujo el precio a US$25 por barril al principio de abril.
Sin embargo, como parte de un esfuerzo para contrarrestar la caída de los precios de petróleo, el 12 de abril los miembros de la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), junto con otros estados aliados, acordaron un convenio histórico que reducirá la producción total a 9.7 millones de barriles diarios, lo que equivale a 10% de la producción global, a partir de mayo.
Después de días de negociaciones, se acordó el 14 de abril que México reducirá su producción en 100,000 barriles diarios, lo que corresponde a un cuarto de su parte asignada conforme a lo propuesto en el acuerdo inicial con la OPEP+ y las 23 naciones.
Esto es gracias a un acuerdo que verá a los EE. UU cortar adicionalmente 300,000 barriles a favor de México. Aunque AMLO ha afirmado que México “reembolsará” a su vecino del norte más adelante por los cortes, no se han hecho pronunciamientos públicos de cómo se llevará a cabo.
“Nos fue muy bien”, dijo AMLO a los reporteros en la mañanera del 13 de abril. “México tuvo un trato especial, fue respetado por el concierto de esas naciones productoras de petróleo”.
La estrategia del Presidente se explica en parte por su deseo de reforzar la capacidad de la refinería nacional, la cual espera incrementar con una producción de 400,000 barriles diarios como parte de una apuesta amplia para la autosuficiencia energética. En la actualidad, las importaciones desde los EE. UU representan alrededor de 65% de la demanda mexicana.
La decisión de México de cubrir los precios de petróleo a US$49 por barril este año, es otro de los factores detrás de la reducción de los cortes de producción.
Aunque no había información específica sobre cuantos barriles serían cubiertos, el acuerdo generalmente comprende entre 200 y 300 millones de barriles.
Esta medida viene asociada con incertidumbre sobre cuánto tiempo más México seguirá siendo para de la OPEP+. Los medios internacionales han reportado que una decisión al respecto será tomada en los próximos meses.
Aunque esta medida es sin duda, una ganancia a corto plazo para AMLO y México, no está claro que resultados tendrá esta decisión en los próximos meses, en términos políticos, con los otros productores de petróleo.
Fuertes vientos en contra para Pemex
La caída mundial de los precios del petróleo llega en un momento en que Petróleos Mexicanos (Pemex), enfrenta uno de los mayores desafíos fiscales a la fecha. Con más de US$100 mil millones de deuda, es la compañía de petróleo más endeudada del mundo, y su revitalización ha sido un objetivo central en la retórica económica de AMLO.
La producción petrolera de Pemex alcanzó su máximo con 3.4 millones de barriles diarios en 2004 pero ha caído significativamente en los últimos años, con un promedio de 1.7 millones el año pasado.
Después de un difícil año 2019, tras la rebaja de la calificación de los bonos de Pemex al nivel de especulación o de basura por parte de la clasificadora de riesgo internacional Fitch, a finales de febrero el servicio de inversionistas de Moody dijo que esperaba que la producción de crudo de México subiera un 1% en 2020.
Sin embargo, en los próximos meses, a medida que los efectos de la pandemia se hacen claros, la posición financiera de Pemex es ahora menos favorable.
Aún con una negociación estratégica para la cobertura, un periodo mantenido de US$30 el barril de petróleo podría dar lugar a un flujo financiero negativo de US$20 mil millones, según analistas del Bank of America, lo que a su vez podría llevar a una rebaja en la calificación de los bonos de Pemex por otras agencias de calificación.
AMLO ha desde entonces tomado medidas para calmar los mercados, indicando el 5 de abril que reduciría la carga fiscal a Pemex por MXN65 mil millones (US$2.7 mil millones).