México: Revisión del año 2012

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La relativa estabilidad económica y política presentada durante las últimas dos décadas le ha dado a México una sólida plataforma para continuar con su desarrollo a largo plazo. La segunda mayor economía de América Latina continúa creciendo de manera constante, ello a pesar de la violencia, por todos conocida, vinculada con la droga, en su mayoría fruto de las guerras sostenidas entre los distintos cárteles. El banco central del país, Banco de México (Banxico), espera que el crecimiento económico para el año 2012 oscile entre el 3.5% y el 4%, mientras que las predicciones para el 2013 van del 3% al 4%. Banxico mantiene como objetivo el 3.5%.

El recién nombrado presidente, Enrique Peña Nieto sustentó su campaña en reformas que conducirían a un crecimiento económico del 6% hacia finales de su mandato. Para lograrlo, Peña Nieto deberá obtener el máximo rendimiento de los dos mayores contribuidores de México, que parecen ir en direcciones opuestas. Mientras que la industria manufacturera continúa creciendo en tamaño y sofisticación, el sector petrolero se estanca.

Poco después de asumir el cargo, Peña Nieto revisó la agenda potencial de su administración, conocida como “Pacto por México”, que busca aplicar reformas que mejoren la educación, las finanzas del gobierno y una mayor competencia en el sector de las telecomunicaciones.

La más polémica de las reformas podría abrir los sectores petroleros y de gas a la inversión privada, debido al interés de la empresa estatal de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en aumentar su producción. México, país miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), ha visto caer su producción de petróleo de un tope de 3.4 millones de barriles de petróleo al día (BPD) en 2004 a 2.55 millones de bpd en 2011.

Los niveles de producción petrolera para el 2012 permanecerán estables,. Los planes de reforma, que pretendían atraer a la inversión privada hacia las actividades iniciales del sector, se quedarán cortos. El país aún necesita enfocarse en la promoción de la competencia en segmentos derivados, incluyendo petroquímicos, transporte y refinerías.

Sin embargo, es factible que cualquier revisión drástica al sector presente dificultades, pues las barreras legales impiden que PEMEX establezca relaciones mixtas con el sector privado. La superación de dicho obstáculo no solo permitiría la entrada de inversión en un sector que se muestra vacilante, sino que reduciría los riesgos de exploración de PEMEX y atraería al país la experiencia del sector privado. Aproximadamente un tercio de los ingresos del gobierno Mexicano dependen del sector petrolero, lo que deja a las finanzas públicas del país en un estado de vulnerabilidad ante cualquier reducción significativa en el precio del petróleo.

Peña Nieto ha planteado un presupuesto equilibrado para el 2013, previendo que los ingresos provenientes del petróleo se nutrirán de un ligero incremento en la producción hasta los 2.6 millones de bpd, con un precio promedio de US$85 por barril. Esto además ayudaría al país a mantener un tope en la tasa de impuestos personales y corporativos del 30%, dejando así sin efecto una reducción presupuestada del 1%. De acuerdo con Luis Videgaray, ministro de finanzas, “La estabilidad en sí misma no es el objetivo, sino que para conseguir crecimiento económico y creación de empleos requerimos de la estabilidad, y la estabilidad se crea a partir de la responsabilidad fiscal.”

Si bien el sector petrolero puede requerir una reforma, el sector manufacturero de México continúa creciendo luego de un periodo difícil, fruto de la crisis financiera global de 2009. El éxito del sector se debe en gran medida a la creación del Tratado de Libre Comercio con EE.UU. (NAFTA, por sus siglas en inglés), que se introdujo en 1994. A partir del inicio del NAFTA, la economía mexicana ha aprovechado considerablemente el dinamismo de su sector manufacturero.

Mientras que los costos de la mano de obra en China aumentan considerablemente durante los últimos años, el sector productivo industrial mexicano se encuentra bien posicionado para continuar con la trayectoria ascendente. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, el sector creció un 5.9%, 5.1% y 4.1%, respectivamente, durante los tres primeros trimestres de 2012. Su papel en la economía del país no debe ser despreciado, pues la producción industrial representó el 17.5% del PIB en el 2011.

Aunque México cuenta con más de 12 tratados de libre comercio que le permiten un acceso privilegiado a más de 44 mercados, la mayor parte de sus exportaciones han sido enviadas tradicionalmente a EE.UU. No obstante, durante la década pasada el país ha estado diversificando su baraja de socios comerciales, con un aumento en las exportaciones hacia América Latina y Europa. Aún así, la economía mexicana está estrechamente relacionada con la de EE.UU. Según el INEGI, el 78.5% de las exportaciones mexicanas se dirigieron hacia el norte en 2011, una reducción por debajo del 10% con respecto al 88.1% de 2002.

El FMI ha estimado que el vecino de Mexico tendrá un crecimiento del 2.1% en 2013. No obstante, las dificultades fiscales del gobierno de los Estados Unidos podrían resultar problemáticas tanto para su delicada recuperación económica como para los mercados globales, siendo México uno de los más afectados. Suponiendo que dicha crisis sea evadida, el crecimiento económico de México continuará durante el 2013, aunque se verá limitado por la actual guerra vinculada con el narcotráfico, y por el estancamiento en la producción petrolera. Si la nueva administración logra realizar algún progreso sobre alguno de estos dos frentes, las perspectivas económicas a largo plazo para México serán ciertamente brillantes.

 

Mexico: Year in Review 2012

Relative economic and political stability over the past two decades has given Mexico a strong platform to continue its long-term development. Indeed, Latin America’s second-largest economy continues to expand at a steady pace, despite well-publicised and widespread drug-related violence, most of it between warring factions of various cartels. The Banco de México (Banxico), the central bank expects economic growth for 2012 to come in at between 3.5% and 4%, while predictions for 2013 lie between 3% and 4%, with Banxico targeting 3.5%.

Recently inaugurated President Enrique Peña Nieto campaigned on the back of suggested reforms that would bring economic growth to 6% by the end of his term. To do so, Peña Nieto will need to get the most out of two of Mexico’s chief economic contributors, which are seemingly moving in opposite directions. Indeed, while industrial manufacturing continues to grow in size and sophistication, the country’s oil sector stagnates.

Shortly after taking office, Peña Nieto delivered the first glance at his administration’s potential agenda, labelled the “Pacto por Mexico”, which seeks to apply reforms that will improve education, government finance and promote deeper competition in the telecommunications sector.

However, the most contentious reform could open up Mexico’s oil and gas sector to further private investment, as state-owned Petroleos Mexicanos (PEMEX) continues to struggle to ramp up production. Mexico, a member of the Organisation of the Petroleum Exporting Countries (OPEC), has seen its oil production drop from a high of 3.4m barrels per day (bpd) in 2004 to 2.55m bpd in 2011.

Production levels for 2012 are forecast to remain stable and are not likely to vary significantly from the previous year. However, the reform plan falls short of calling for private investment in upstream activities where it is needed most, focusing instead on promoting competition within the downstream segment, including petrochemicals, transportation and refineries.

However, any drastic overhaul to the sector will likely be difficult, as legal barriers prevent PEMEX from entering into joint ventures with the private sector. Overcoming this hurdle would not only allow fresh investment in a faltering sector, but also reduce exploratory risk for PEMEX and bring in private sector expertise. Mexico’s government relies on its oil sector for roughly one-third of its income, leaving its public finances vulnerable to any significant decreases in the price of oil.

Peña Nieto has proposed a balanced budget for 2013, which forecasts oil revenues from a slight increase in production to 2.6m bpd at an average price of $85 per barrel. This would also help the country maintain the top income tax rate for individuals and corporations at 30%, thus cancelling a scheduled 1% reduction. According to Luis Videgaray, the minister of finance, “Stability in and of itself is not the objective, but in order to have economic growth and job creation, we need stability, and stability is created through fiscal responsibility”.

While the oil sector may need reform, Mexico’s manufacturing sector continues to expand, following a difficult period brought on by the global financial crisis in 2009. The success of the manufacturing sector is largely due to the creation of the North American Free Trade Agreement (NAFTA), which was introduced in 1994. Since NAFTA’s inception, Mexico’s economy has greatly benefitted from its dynamic manufacturing sector.

With labour costs rising sharply in China in recent years, Mexico’s industrial manufacturing sector is well positioned to continue its recent growth trajectory. According to the National Statistics Institute (Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI), the sector expanded 5.9%, 5.1% and 4.1%, respectively, in the first three quarters of 2012. Its role in the wider economy cannot be mistaken – industrial manufacturing accounted for 17.5% of GDP in 2011.

While boasting more than 12 free trade agreements, which provide privileged access to more than 44 nations, the vast majority of exports have traditionally been sent north to the US. However, over the past decade the country has been diversifying its external trading partners, with a greater share of exports being sent to Latin America and Europe. Even so, Mexico’s economy is still very much intertwined with that of the US. According to INEGI, 78.5% of Mexico’s exports headed north in 2011, down less than 10% from the 88.1% recorded in 2002.

The IMF has estimated growth in Mexico’s northern neighbour to remain somewhat constrained in 2013, forecasting a 2.1% expansion. However, the US government’s fiscal difficulties could prove problematic for its delicate economic recovery, but also for global markets, and Mexico in particular. Presuming such a crisis is averted, Mexico’s economic expansion will continue in 2013, albeit limited by its ongoing war on drugs and stagnant oil production. If the new administration can make progress on one or both fronts, Mexico’s longer-term economic prospects will indeed brighten further.

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