Colombia: Incremento en la calificación crediticia

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El movimiento que recientemente realizó Standard & Poors (S&P) con el fin de aumentar la calificación de la deuda externa de Colombia ha sido bien recibido tanto por políticos como por inversores en busca de oportunidades en mercados emergentes como este. Sin embargo, el país aún deberá enfrentar considerables desafíos para asegurar su crecimiento económico, tales como la apreciación de la moneda y la necesidad de una mayor inversión en la infraestructura física.

El 24 de abril, Standard & Poors elevó en un grado la calificación de la deuda externa colombiana, hasta BBB, el segundo grado de inversión más bajo, en luz de los cambios estructurales en la política fiscal, así como de la creación de un fondo de bonanza que puede ser empleado para financiar acciones contracíclicas, de un mejoramiento de la deuda y del desarrollo positivo de los mercados de capitales.

El último incremento en la calificación crediticia de Colombia data del año 2011, poco después de que el congreso aprobara una medida fiscal que establece un límite máximo al déficit estructural del gobierno central. Las autoridades han puesto en marcha un plan para mejorar el balance fiscal, apuntando a una reducción del déficit hasta el 2.3% del PIB en 2014, idealmente alcanzando el 1% en 2022.

El ratio deuda-PIB ha disminuido tras la aprobación de la medida fiscal, decreciendo desde el 36.1% en 2011 a cerca del 32% en el comienzo de 2013.

Las negociaciones de paz entre el gobierno nacional y el grupo rebelde FARC también han jugado un papel importante en la mejora de la calificación crediticia. Varios de los dirigentes del país, incluido el actual presidente Juan Manuel Santos, se muestran optimistas frente a la posibiliad de que las negociaciones pongan fin a un conflicto que ya supera los 50 años y que ha sido una causa del deterioro constante de las finanzas colombianas.

El director de la Agencia norteamericana para el Desarrollo Internacional, Rajiv Shah, aseguró que la paz podría allanar el camino para la inversión privada en cuanto permitiría que esta alcanzase las zonas rurales del país. Igualmente, Shah reiteró el compromiso de los Estados Unidos en apoyar a Colombia, tanto en el proceso de paz como en el plano financiero, como aliado estratégico del país andino.

Poco después de que se anunciara el aumento de la calificación crediticia por parte de Standard & Poors, el rendimiento del bono del peso colombiano con vencimiento en 2024 cayó cuatro puntos básicos, hasta el 4.84%, el nivel más bajo de este bono desde que fuera emitido en el año 2009, según reportó Bloomberg. La noticia del aumento de la calificación crediticia también hizo valorizarse al peso colombiano (COP), que ascendió el 0.1% frente al dólar en esa fecha.

En efecto, la medida de Standard & Poors bien puede representar desafíos adicionales para el Banco de la República, que ha venido luchando contra la apreciación cambiaria durante más de un año. El valor del peso se incrementó en casi un 10% durante 2012, si bien ha disminuido a partir de enero. Tras el anuncio de S & P, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, afirmó ante la prensa local que Colombia actuaría para contrarrestar los flujos significativos de dólares resultantes de la mejora del crédito.

Ya antes del cambio en la calificación el Banco de la República había reiterado su voluntad de intervenir en los mercados de divisas para frenar la apreciación del peso. Según una declaración dada a mediados de marzo por el Gerente del Banco de la República, José Darío Uribe, el banco planeaba comprar un total de US$ 3.5 mil millones en dólares entre enero y mayo de este año, frente a los US$ 4.8 mil millones adquiridos durante todo 2012.

La tasa de interés oficial también se redujo en varias ocasiones durante el año pasado, aunque se ha mantenido sin cambios a partir de marzo, cuando se fijó en 3.25%. Mientras es cierto que las tasas de interés más bajas pueden frenar las entradas de capital y desacelerar la apreciación de la moneda, también actuan como sobre-estimuladores de la economía. Esto no es por el momento un problema para Colombia, pero nuevas reducciones de la tasa podrían implicar un riesgo de inflación según afirmó a mediados de mayo Adolfo Meisel, codirector del Banco de la República, al Wall Street Journal.

Meisel agregó que se espera un crecimiento económico del 4.3% durante este año, tras el crecimiento del 4% en 2012. Standard & Poors ha dado a Colombia una perspectiva "estable" a largo plazo, afirmando que la significativa desaceleración de la actividad rebelde habría allanado el camino para que los inversores puedan ir en busca de oportunidades en zonas del país que anteriormente no eran tenidas en cuenta a la hora de emplazar sus inversiones.

Standard & Poors señaló que Colombia podría presenciar incrementos adicionales en su calificación crediticia. Mientras las condiciones de seguridad sigan mejorando, está previsto que se realicen inversiones para mejorar la infraestructura y se mantengan políticas prudentes en términos macroeconómicos. Los inversores también estarán atentos a si las otras dos grandes agencias de calificación crediticia, Fitch Ratings y Moody, siguen el ejemplo de S & P y sitúan a Colombia por encima del grado de inversión más bajo.

 

Colombia: Mixed outcome from increased credit rating

A recent move by Standard & Poor’s (S&P) to increase Colombia’s foreign debt rating is welcome news for both policymakers and investors looking for opportunities in emerging markets. However, the country continues to face challenges to economic growth, including currency appreciation and the need for more investment in physical infrastructure.

S&P lifted Colombia’s foreign debt rating on April 24th by one level to BBB, the second-lowest investment grade, citing structural changes in fiscal policy, the creation of a windfall fund that can be used to finance countercyclical actions, an improved debt profile and the development of capital markets.

Colombia last received a credit rating increase in 2011, shortly after the parliament passed a fiscal rule establishing a ceiling on the central government’s structural deficit. Authorities plan to improve the fiscal balance over time, targeting a reduction in the deficit to 2.3% of GDP by 2014, declining to 1% by 2022.

The debt-to-GDP ratio has been falling since the fiscal rule was approved, dropping from 36.1% in 2011 to around 32% in the first few months of 2013.

Peace negotiations between the national government and the FARC rebel group also played a role in boosting the credit rating. Colombian officials, including President Juan Manuel Santos, appear optimistic that the negotiations will eventually bring an end to the conflict that has dragged on for more than 50 years and contributed to a deterioration of finances.

The director of the US Agency for International Development, Rajiv Shah, said peace would pave the way for private investment to extend its reach into rural areas of the country. He also reiterated the US’s commitment to supporting Colombia, both financially and as a key ally in the peace process.

Shortly after the S&P credit rating increase was announced, the yield on the Colombian peso bond due in 2024 fell four basis points to 4.84%, the lowest level since its issuance in 2009, according to a report by Bloomberg. The news of the credit rating increase also pushed up the peso, rising by 0.1% against the dollar on April 24.

Indeed, the move by S&P may create additional challenges for the central bank, which has struggled with currency appreciation for more than a year. The peso’s value rose by nearly 10% in 2012, although it has come down since January. Following the S&P announcement, the finance minister, Mauricio Cardenas, told the press that Colombia would act to counter any significant dollar inflows resulting from the credit upgrade.

Even prior to the rating change, the central bank had reiterated its willingness to intervene in currency markets to slow appreciation of the peso. According to a mid-March statement by the central bank governor, Jose Dario Uribe, the bank was planning to buy a total of $3.5bn in dollars between January and May of this year, up from $4.8bn during 2012.

The policy interest rate has also been cut several times over the past year, although it has remained unchanged since March, when it was lowered to 3.25%. While lower interest rates can curb capital inflows and slow currency appreciation, they can also act to over-stimulate the economy. This is not yet a problem in Colombia, but further rate reductions could bring a risk of inflation, central bank co-director Adolfo Meisel told the Wall Street Journal in mid-May.

Meisel added that the economy is expected to expand by about 4.3% this year, following 4% growth in 2012. S&P has given Colombia a “stable” long-term outlook, saying a significant slowdown in rebel activity had paved the way for investors to explore opportunities in areas of the country previously deemed off limits.

S&P noted Colombia could see further credit rating increases, if security continues to improve, investments are made in improving infrastructure and prudent macroeconomic policies are maintained. Investors will also be watching to see if the other two major rating agencies, Fitch Ratings and Moody’s, follow suit and lift Colombia above the lowest level investment grade.

 

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