Pese a sus reconocidas e importantes contribuciones a la economía peruana, la estrategia futura del sector minero genera cierta inquietud en vista de las protestas contra la minería que se dieron en el sur del país. Bajo la presión de las protestas, el gobierno de transición del saliente mandatario Alan García revocó la licencia de la Mina Santa Ana, operada por Bear Creek Mining Corporation.